Al menos 51 cadáveres han sido encontrados por la Policía en una fosa común en Monterrey, capital económica del norte de México, desde el pasado jueves, informaron este sábado las autoridades. El hallazgo supone una señal macabra de la escalada de la violencia relacionada con el narcotráfico que ha sufrido la ciudad.
Siguiendo las pistas de un informate, los investigadores han estado cavando en un área rural localizada a unos 20 kilómetros al este de Monterrey y han descubierto decenas de cuerpos, algunos de ellos tan quemados que resultan inidentificables y otros con heridas de bala, según el gobernador del estado de Nuevo León, Rodrigo Medina.
Los investigadores creen que los fallecidos "podrían ser personas relacionadas con el crimen organizado, producto de una guerra entre cárteles", explicó Medina en declaraciones a la prensa. "Este es el nivel de violencia que esperamos cuando estos grupos se enfrentan", señaló.