Cuando faltan menos de cuarenta y ocho horas para el inicio de los sanfermines, Pamplona tiene ya ultimado todo el operativo necesario para que estas fiestas transcurran con buen ambiente y normalidad a pesar de la afluencia masiva de visitantes.
Desde el vallado del encierro, este año por primera vez con madera certificada en su producción sostenible, hasta las ganaderías que para los primeros encierros y corridas esperan en los "corrales del gas", y los escaparates todos en blanco y rojo, pasando por los espectáculos musicales que se abrieron anoche y las charangas que en esta jornada recorren el Casco Viejo, Pamplona huele ya a sanfermines.
Una cita a la que no han faltada hoy, un año más, ni "la carrera del encierro", que organiza la peña La Jarana y en la que los corredores federados consiguen superar el recorrido en menor tiempo que los astados, ni los activistas de PETA y AnimaNaturalis, que de nuevo han protestado por el trato que reciben los toros en Pamplona y lo han hecho formando en el suelo de la plaza del Ayuntamiento con sus cuerpos semidesnudos y teñidos la figura de un toro herido ya por la lidia.