La presidencia española de la UE cede hoy el testigo a Bélgica después de seis meses marcados por la crisis y las medidas aprobadas para frenar las amenazas al euro y sentar las bases de una política económica común entre los socios europeos.
El mandato español deja como legado haber sido la primera presidencia rotatoria con el Tratado de Lisboa y sus nuevas instituciones y haber aprobado la estrategia económica comunitaria para esta década.