Los tres países latinoamericanos del G20, México, Brasil y Argentina, mostraron su satisfacción con el resultado de la Cumbre de Toronto, en la que se acordó que es necesario realizar políticas de ajuste sin dañar el crecimiento económico.
El comunicado difundido al final de la cumbre del G20 señala que la sanidad de las finanzas públicas "es esencial para sostener el crecimiento económico", pero también realiza concesiones a los países emergentes y Estados Unidos, que advertían de que una retirada súbita de los estímulos pueden dañar la recuperación económica.
El secretario de Hacienda de México, Ernesto Cordero Arroyo, evidenció esa doble postura al señalar que a corto plazo la política de estímulos es correcta pero que en el largo plazo hay que vigilar el déficit público.