Los centros de votación abrieron sus puertas este domingo para el reférendum sobre la nueva Constitución, que el gobierno interino considera vital tras las recientes y sangrientos motines interétnicos en el sur del este pequeño país de Asia Central.
Las medidas de seguridad han sido reforzadas en particular en Osh, la segunda ciudad de esta ex república soviética y epicentro de los enfrentamientos de mediados de junio, que dejaron unos dos mil muertos, según las autoridades provisionales.
Unos 2.5 millones de electores han sido convocados para votar sobre la nueva constitución, cuya principal modificación debilita los poderes del presidente en beneficio del Parlamento, para evitar una excesiva concentración del poder.
