Las aguas de la fuente más famosa de la capital italiana, la Fontana di Trevi, se tiñeron hoy de rojo a causa de un denso barniz que obligó a los servicios de limpieza urbanos a trabajar durante horas para evitar que la sustancia se adhiriera al monumento.
La policía municipal está investigando para averiguar quién ha sido el responsable de esta acción a través de las declaraciones de testigos y de las grabaciones de las cámaras de vídeo que se encuentran en las inmediaciones de la fuente.
El episodio provocó la atención de decenas de curiosos y turistas que se acumulan en la plaza presidida por esta fuente de los deseos a la que todo el que pasa por Roma se acerca para lanzar una moneda.