El secretario general de UGT, Cándido Méndez, advirtió hoy a Gobierno y patronal de que "jamás ha funcionado una reforma laboral impuesta" y dijo que esta realidad debería "empujarles" a buscar "un punto de equilibrio" que permita cerrar con acuerdo una negociación que, en principio, acaba hoy.
"Si la reforma laboral es pactada, será asumible y equilibrada", señaló Méndez, quien reconoció que para ello los sindicatos también tendrán que hacer "cesiones", aunque "no sean plato de buen gusto". Eso sí, por donde no piensan pasar es por permitir a los empresarios tener el poder supremo de decidir libremente sobre los despidos. Y ahí, dijo, en esta concepción de la reforma laboral, es donde están los principales problemas que dificultan el acuerdo.