Los ministros de Economía de los Veintisiete han aprobado reforzar los poderes de la oficina estadística de la UE, Eurostat, que depende de la Comisión, para que pueda auditar las cuentas públicas de los Estados miembros con el fin de evitar que se reproduzcan escándalos de falsificación de estadísticas como el de Grecia.
La nueva norma impone visitas más frecuentes de funcionarios de Eurostat a los países sometidos a un procedimiento sancionador por déficit excesivo.
De este modo, cuando haya dudas razonables sobre la exactitud de las cifras de déficit y deuda enviadas por un Gobierno a Bruselas, el Ejecutivo comunitario podrá enviar a sus funcionarios al país en cuestión y revisar de primera mano los datos del Gobierno central, regiones, ayuntamientos y seguridad social.
Además, los Estados miembros deberán dar a Eurostat la información que requiera para examinar la calidad de las estadísticas fiscales.