El Jardín Sur de la Casa Blanca se llenó hoy con más de 700 gorros de cocineros, usados por chefs de alto postín, a los que la primera dama, Michelle Obama, convocó para convencerles de que den un vuelco a la comida escolar de EEUU.
A los culinarios les confesó que su madre cocinaba tanto el brécol que lo comía a regañadientes, con cuchara, algo que hizo estremecer a algunos de los asistentes.
Michelle Obama no quiere que los colegios hagan que los niños odien la verdura de por vida, por ello ha pedido a los chefs el uso de todas sus artes culinarias para hacer que coman pescadilla, manzanas y hasta espárragos.