El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) condenó hoy a España por aplicar a los dividendos pagados a empresas de otros Estados miembros de la UE un gravamen más alto que el que se aplica a los dividendos que reciben las compañías del país. La sentencia considera que esta discriminación vulnera el principio de libre circulación de capitales.
De acuerdo con la legislación española, cuando la participación de una empresa nacional en la sociedad que distribuye beneficios alcanza el 5%, los dividendos que percibe quedan exentos de impuesto. En cambio, si se trata de una empresa extranjera, la exención sólo se aplica cuando se alcanza un umbral de participación del 20 %.
La Comisión Europea denunció esta diferencia de trato ante el Tribunal de Justicia. Durante el procedimiento, España alegó que el objetivo de esta norma es evitar la doble imposición y defendió que no implica un trato desfavorable para las sociedades que residen en otro Estado miembro, puesto que hay que tener en cuenta el tratamiento fiscal de los dividendos percibidos en el país de residencia de la empresa que los obtiene.