Al menos cinco personas han muerto y más de 50 han resultado heridas por una potente explosión registrada esta tarde en el distrito histórico de Ulus, uno de los barrios más comerciales de Ankara. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció a los medios la cifra de víctimas mortales tras desplazarse hasta el lugar de la explosión. Por ahora, todavía se desconocen las causas de la deflagración, pero el alcalde de la capital turca, Melih Gokcek, ha afirmado que "lo más probable es que se trate de una bomba", en contra de lo que había declarado con anterioridad el gobernador de la ciudad, Kemal Onal, quien aseguró que se había tratado de un "accidente". Según la cadena de televisión local Star TV, un paquete con explosivos fue abandonado en una parada de autobús próxima al centro comercial y, hasta el momento, la Policía turca ha detenido a siete personas. Según la agencia de noticias Anatolia, un total de 17 heridos han sido trasladados a varios hospitales de Ankara. Otros medios están difundiendo imágenes de cuerpos inertes tendidos en la zona de la explosión, cuyos edificios aledaños han sufrido graves daños.