Las calles de la zona central de Bangkok estaban hoy en aparente calma, aunque miles de manifestantes seguían desafiando al gobierno en su campamento tras los tres días de enfrentamientos que han causado 24 muertos y unos 200 heridos.
La intensa lluvia caída en la capital tailandesa llevó a que los llamados camisas rojas que desafían al Ejército buscasen cobijo bajo las lonas de las tiendas, mientras eran vigilados por los soldados emplazados a escasa distancia.
Los soldados tienen la orden de disparar contra cualquier camisa roja que esté a menos de 36 metros de una posición militar, indicó el portavoz de Ejército, coronel Sansern Kaewkamnerd.