El secretario del Tesoro estadounidense, Tim Geithner, defendió hoy que la tasa para los grandes bancos del país propuesta por el Gobierno pretende asegurar que las principales entidades financieras se hagan cargo de los costes directos del programa de alivio de activos problemáticos (TARP por sus siglas en inglés), en vez de asumirlos los contribuyentes.
"Aprobar esta tasa dejará claro a los ciudadanos estadounidenses que no tendrán que correr con los costes directos de proteger la economía de futuras quiebras financieras", insistió Geithner durante su comparecencia ante el Comité de Finanzas del Senado.
En concreto, explicó que la tasa se aplicará por un periodo de al menos diez años y recaudará en este periodo unos 90.000 millones de dólares (69.000 millones de euros). Además se fijará en un nivel que asegure que los costes del TARP no se añadan a la deuda pública. "Creemos que se debería mantener por más tiempo, si es necesario, para asegurar que el coste del TARP se recupera totalmente", añadió.