La economía española crecerá un 3,7 por ciento del producto interior bruto (PIB) en 2007 y un 3,4 por ciento en 2008, según las previsiones de primavera hechas públicas hoy por la Comisión Europea, que mantienen los datos preliminares presentados en febrero. La inflación se moderará este año hasta el 2,4 por ciento, pero volverá a repuntar en 2008 al 2,6 por ciento, con lo que el diferencial respecto a la zona euro se mantendrá en torno a 0,75 puntos. El empleo aumentará un 2,8 por ciento en 2007 y un 2,5 por ciento al año siguiente, hasta situar la tasa de paro en el 7,8 por ciento de la población activa en 2008. El Ejecutivo comunitario advierte de la existencia de "riesgos" a este escenario a causa del alto endeudamiento de los hogares y del desequilibrio exterior de la economía española, que "podrían acabar provocando un frenazo en la actividad económica". El alto endeudamiento familiar, subraya Bruselas, aumenta la vulnerabilidad frente a las subidas de los tipos de interés o el aumento del paro. Y los persistentes diferenciales de inflación respecto a la eurozona, sumados a la escasa productividad, podrían llevar a mayores pérdidas de cuota de mercado en el exterior y mayores desequilibrios exteriores. En cualquier caso, la Comisión cree que los indicadores más recientes "no apuntan a una fuerte deceleración de la actividad económica a corto plazo". Agrega que, pese al elevado endeudamiento, la tasa de morosidad se mantiene en niveles históricamente bajos, lo que apuntala la solvencia a corto plazo del sistema bancario privado. España crecerá este año 0,8 puntos por encima del conjunto de la UE y 1,1 puntos por encima de la zona euro.
