Apenas quedan rincones de la Gran Vía sobre los que no se haya hablado, pero esta emblemática calle madrileña sigue sorprendiendo a sus visitantes incluso cien años después de que se iniciase su construcción.
Eso es lo que le ocurrió a María José, una ceutí de 50 años que acaba de conocer la Gran Vía por primera vez en su vida después de que su marido le haya regalado un viaje a Madrid por su aniversario.
"Yo la había visto por la tele muchas veces, pero nunca me imaginé que fuese tan grande y hubiese tanta gente paseando por aquí", relata con entusiasmo mientras hace trabajar a toda máquina a su cámara de fotos.