La fusión de las dos cajas de ahorros gallegas -Caixa Galicia y Caixanova- alumbraría la quinta entidad de España por volumen de activos (teniendo en cuenta las operaciones de unión en marcha), al acumular un total de 77.000 millones de euros.
La integración conllevaría, además, la pérdida de unos 1.300 empleos -de los que 1.200 serían a través de prejubilaciones y unos 100 con bajas incentivadas-, según los datos de la auditoría que la Xunta encargó a KPMG y que coinciden con los calculados por los sindicatos.
Además, el análisis encargado por el Gobierno gallego, que concluyó que la fusión entre las entidades gallegas sería "solvente", estimó que la integración requeriría pedir 1.190 millones de euros del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), pese a que fuentes del entorno de Caixanova apuntaron a que uno de los problemas es que la operación necesitaría una cantidad "muy superior" a la cifra dada en la auditoría.