La aerolínea británica se prepara para una nueva huelga de cuatro días de sus tripulantes de cabina, después de un primer paro de 72 horas que concluyó el lunes, sin reuniones a la vista para tratar de resolver el conflicto.
A lo largo de los tres días de huelga, el sindicato Unite -que representa a 12.000 tripulantes de cabina de British Airways- y la dirección de la compañía mantuvieron una guerra de comunicados acusándose de exagerar o minimizar el impacto de la huelga.
British Airways expresó su satisfacción por el buen funcionamiento de las medidas destinadas a contrarrestar los problemas derivados del paro, entre ellas el reclutamiento de voluntarios para sustituir a los huelguistas, y aseguró haber garantizado ocho de cada 10 vuelos de largo recorrido y uno de cada dos de corta distancia.