Después de evitar la minoría de bloqueo de los republicanos en el Senado, la Cámara de Representantes ha respaldado con 219 votos a favor y 212 en contra la reforma sanitaria. Una iniciativa en la que, según el propio presidente, estaba en juego su presidencia y que supone la mayor expansión de prestaciones sociales desde que en 1966 se empezó a subvencionar la cobertura médica de la tercera edad.
Tras pasar esta prueba de fuego, el proceso legislativo exige ahora que el Senado complete la tramitación impuesta por el Partido Demócrata. Lo planeado es que esta misma semana la Cámara Alta vote la llamada «ley de Reconciliación», con las enmiendas introducidas por la Cámara Baja en el texto que originalmente aprobó el Senado el pasado diciembre.
Esta estrategia sólo exige que los demócratas obtengan una mayoría simple en el Senado.
