Si la reforma queda finalmente aprobada tras un año de negociaciones, representará un fuerte respaldo para Obama, que se ha apostado su prestigio político al éxito de la propuesta, pese a las recomendaciones de algunos de sus asesores más cercanos.
El presidente estadounidense, que aplazó una gira por el sureste asiático para estar presente en los momentos finales del proceso, lanzó este sábado a los congresistas demócratas un apasionado llamamiento a respaldar la medida, al asegurar que la reforma "está en sus manos. Es el momento de aprobar esto, en beneficio de EEUU".
Hasta ahora, ningún presidente estadounidense que lo intentara ha tenido éxito en lograr una reforma del sistema sanitario estadounidense, basado en la contratación de seguros médicos privados.