Debra Medina difícilmente era la contendiente idónea en las primarias para definir al candidato a gobernador de Texas, realizadas el martes. No había recaudado mucho dinero y fue criticada por sugerir que Estados Unidos pudo haber estado involucrado en los atentados del 11 de septiembre del 2001.
Sin embargo, ganó casi uno de cada cinco votos, logrando apoyo en un movimiento que renace, el del llamado Tea Party.
La creciente influencia del movimiento pudo observarse en las primarias de los republicanos, pero Medina, quien recibió el 18,5% de los votos, no fue la gran ganadora. El triunfo fue para el gobernador de Texas, Rick Perry, quien evitó la necesidad de una ronda de desempate con la senadora federal Kay Bailey Hutchison, al ganar el 51% de los votos, en parte porque él también obtuvo apoyo de los simpatizantes del Tea Party.