La pista de aterrizaje más transitada del aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy (JFK) fue cerrada hoy al tráfico aéreo, para afrontar unas reformas que se prolongarán durante meses y que provocarán mayores retrasos en el aeródromo de más tráfico internacional del país.
Las obras de reconstrucción de la pista, una de las más largas de EE.UU., absorberán una inversión de 376 millones de dólares y durarán previsiblemente hasta el próximo junio, ya que habrá que ensancharla y reforzar su pavimento.
Con 4,44 kilómetros de longitud, esa pista soporta cerca de la mitad de las salidas en el JFK y, una vez que esté renovada, ahorrará 500 millones de dólares en gastos de mantenimiento, según la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, encargada de operar un aeropuerto por el que pasan más de 47 millones de viajeros al año.