El primer ministro británico, Gordon Brown, anunció el sábado que ha propuesto a sus homólogos internacionales gravar a los bancos con un impuesto global para recuperar los enormes gastos estatales dedicados a rescatar a estas entidades durante la crisis económica y financiera.
Brown presentó su propuesta de un impuesto mundial a las transacciones financieras en una reunión del G-20 celebrada en Escocia el pasado mes de noviembre. Ministros de finanzas y banqueros centrales de las siete principales economías pidieron este mes un estudio exhaustivo de la propuesta británica, a la que el Gobierno de Estados Unidos ya se ha opuesto.
Reino Unido ya está imponiendo un impuesto único a los bonos que se pagaron a los empleados bancarios. Los ingresos serán destinados a aliviar el desempleo juvenil y a reducir el déficit presupuestario del país, que alcanza los 178.000 millones de dólares (130.000 millones de euros, aproximadamente).