El presidente estadounidense, Barack Obama, propondrá el martes utilizar 30.000 millones de dólares pertenecientes al plan de rescate bancario (TARP) para otorgar préstamos a pequeñas empresas. De este modo, Obama ha puesto cifra a uno de los puntos clave de su política de creación de empleo.
El programa estará limitado a los bancos más pequeños o comunitarios, es decir, aquellos con 10.000 millones de dólares en activos o menos. El presidente, cada vez más presionado para reducir la tasa de desempleo de EEUU, que está en el 10%, iba a desvelar los detalles del plan en un viaje a New Hampshire. Mencionó por primera vez esta idea en su último discurso sobre el Estado de la Nación.
El objetivo es que aumente el dinero prestado a las empresas más pequeñas, responsables en gran parte de la creación de nuevos puestos de trabajo, pero que han sido particularmente golpeadas por la recesión y el cierre del grifo del crédito de los bancos.