La venta de armas estadounidenses a Taiwán, que provocó la cólera de China, ilustra la voluntad de la isla de conservar un poder disuasorio frente a Pekín, aunque pueda amenazar el actual calentamiento de las relaciones con su vecino comunista, estimaban los expertos.
"Taiwán necesita esas armas para estar en posición de negociar en el futuro", resume Tung Chen-yuan un politólogo de la universidad nacional de Taipei Chenchi.
El Pentágono provocó la peor crisis chino-estadounidense desde que el presidente Barack Obama entró en funciones, al firmar un contrato armamentístico de más de 6.000 millones de dólares con Taiwán.