Caja Rural de Granada cerró el ejercicio 2009 con un beneficio antes de impuestos de 24,3 millones de euros, un 30,5% menos que en el año anterior, lo que la entidad achaca al incremento de la morosidad, que se situó en el 3,87% y que le ha empujado a aumentar "por prudencia" sus fondos de insolvencia.
Estos datos fueron dados a conocer hoy por el presidente de Caja Rural de Granada, Antonio León, quien comenzó su presentación diciendo que 2009 "pasará a la historia" como el año de la peor crisis económica desde hace 75 años, ya que, a su juicio, la única referencia con la que poder comparar esta situación es "la Gran Depresión de 1929".
En este contexto "de profunda crisis" León dijo sentirse "satisfecho" con estos resultados, ya que, según matizó, los beneficios han sido menores porque también se han incrementado las dotaciones para saneamientos que, "por prudencia" se ha realizado con vistas a los próximos ejercicios y que han ascendido a los 27,6 millones de euros, aumentando los Fondos de Insolvencia hasta los 107,7 millones.
