Tras declarar, "no claudicaré", el presidente Barack Obama prometió el miércoles, durante su primer discurso sobre el Estado de la Nación, hacer de la generación de empleos su prioridad para este año, e instó a un congreso dividido a unirse para apoyar la economía, aún frágil, con nuevos gastos de estímulo.
Desafiante pese a las recientes y dolorosas derrotas, Obama dijo que no abandonará sus planes ambiciosos para hacer cambios de largo plazo en materia de salud, energía, educación y otros temas.
"El cambio no ha llegado lo suficientemente rápido", reconoció Obama en la Cámara de Representantes, repleta, y frente a millones de televidentes. "No acepto el segundo lugar para Estados Unidos. Pese a lo duro, lo incómodo y lo conflictivo que pueda ser el debate, es tiempo de mostrar seriedad para enmendar los problemas que obstruyen nuestro crecimiento".