Los inventarios de crudo de Estados Unidos volvieron a registrar un brusco descenso en la semana que finalizó el pasado 22 de enero. Según los datos difundidos hoy por la Agencia de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento de Energía, las reservas cayeron en 3,9 millones de barriles, hasta un total de 326,7 millones de barriles.
El dato es mucho peor de lo que habían previsto los analistas consultados por Platts, que de media esperaban un repunte en las existencias de 2 millones de barriles.
En cuanto a los inventarios de gasolina, estos se incrementaron en 2 millones de barriles, mientras que los de destilados subieron en 400.000 barriles.