CiU ha ideado un nuevo tipo de consulta popular que a diferencia de los referendos no exigiría autorización estatal y que según sus cálculos permitiría organizar en Cataluña, dentro de un marco de legalidad, consultas de carácter soberanista.
CiU ha presentado un total de 174 enmiendas al proyecto de ley de consultas populares por vía de referéndum, elaborado por el Gobierno de la Generalitat, en las que inventa una nueva figura, la de las "consultas ciudadanas", que pretenden sortear la exigencia del visto bueno del Estado requerida para convocar cualquier referéndum.
La clave de esta nueva fórmula, que según CiU evitaría topar con el eventual rechazo del Gobierno español a una hipotética consulta como la que pretendía impulsar en el País Vasco el ex lehendakari Juan José Ibarretxe, radica en que, en lugar de utilizar el censo electoral oficial, como ocurre con los referendos, emplearía un "registro de consultas ciudadanas".