Aviones cargados de ayuda, decenas de personas obligadas a dormir sobre el asfalto por no poder partir, toneladas de asistencia que esperan ser distribuidas debido a una mala coordinación: la ira crecía el sábado en el aeropuerto de Puerto Príncipe.
"¡Invadamos la pista!", gritó una persona. "Hay que hablar con Obama", exclamó otra. Decenas de franceses y francohaitianos eran trasladados el sábado por la mañana: desde el sismo devastador que azotó a Haití el martes, estas personas esperaban ser evacuadas y el viernes iba a ser el día. Pero en el último minuto, el avión que los llevaría a Guadalupe no tuvo permiso para aterrizar. Durmieron sobre el asfalto.
"Están repatriando a los estadounidenses y a los otros, nada", se enoja Charles Misteder, de 50 años. "El monopolio norteamericano debe terminar. Nos dominan y no nos dejan ir a casa. Tomemos la pista".