El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le ordenó el jueves a su gabinete poner a Haití como prioridad máxima y despachó miles de soldados junto con toneladas de ayuda para tratar de mantener el orden en esa nación golpeada por un terremoto, así como para apoyar a quienes sufren en un país empobrecido que aún en tiempos normales es disfuncional.
"Uno de los esfuerzos de ayuda más grandes en nuestra historia reciente" están en marcha hacia Haití, dijo Obama al anunciar que su gobierno dará una ayuda inicial de emergencia de 100 millones de dólares, con la probabilidad de donar más después.
Consciente del fuerte costo político que su predecesor George W. Bush pagó por una respuesta ineficaz ante la destrucción causada por el huracán Katrina en Nueva Orleáns, la Casa Blanca de Obama trabajaba afanosamente para mostrar un compromiso intenso por parte del presidente inmediato después de que el temblor de magnitud 7,0 golpeó ese país el martes.