El sacerdote mexicano Gerardo Montaño Rubio, quien fue centro de una polémica porque medió entre capos para una reunión con el nuncio en México, en 1994, falleció a los 58 años en el puerto mexicano de Ensenada, se informó hoy.
El sacerdote, ordenado presbítero el 14 de junio de 1978, murió este lunes víctima de un coma diabético, informó el Arzobispado de Ensenada, en el estado de Baja California, centro de operaciones del cartel de los hermanos Arellano Félix.
Montaño había revelado que fue contactado en 1994 por los hermanos Benjamín y Ramón Arellano Félix, que desde años antes eran de los criminales más buscados en el país, para que les facilitara una entrevista que tuvo lugar con el entonces nuncio Girólamo Prigione, en la Nunciatura, ubicada en el sur de ciudad de México.