Las reservas de crudo de Estados Unidos subieron inesperadamente en la semana que acabó el pasado 1 de enero hasta los 1,3 millones de barriles, según los datos de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), que pertenece al Departamento de Energía de EEUU.
Los stocks de gasolina también repuntaron, en 3,7 millones de barriles, mientras que los inventarios de los productos destilados bajaron en 300.000 barriles.
