Si el sábado fueron 955 los detenidos en la manifestación de Copenhague, de los que sólo tres pasarán a disposición judicial por agredir a los agentes, el domingo la cuenta ha empezado en 200.
¿La razón de estas cifras? La aplicación de una ley que permite detenciones preventivas de hasta 12 horas, ante la posibilidad de que se produzcan incidentes. Esa normativa forma parte de un paquete especial aprobado hace un mes por el Parlamento danés ante las probables protestas durante la gran reunión que busca un pacto internacional para luchar contra el cambio climático.
Los 200 de esta jornada se dirigían al puerto de Copenhague en una acción enmarcada en las protestas por la cumbre climática y cuyo propósito era parar la actividad comercial de grandes corporaciones contaminantes.