Tanto el presidente Barack Obama como distintas facciones de su Partido Demócrata parecían el miércoles satisfechos con el acuerdo alcanzado en el Congreso para reformar el sistema de salud, aunque el pacto excluye la opción de un programa estatal, elemento anhelado por el ala liberal del partido.
El consenso entre los demócratas, que gozan de mayoría en ambas cámaras del Congreso, suscitó esperanzas de que la ansiada reforma será una realidad tras décadas de esfuerzos frustrados.
Obama encomió a los legisladores por reducir sus diferencias. "El Senado realizó anoche un progreso fundamental con un marco creativo que creo allanará el camino para la aprobación definitiva y para un logro histórico en nombre de los estadounidenses", dijo Obama en la Casa Blanca.