Caixanova cerró el tercer trimestre del año con un beneficio después de impuestos que asciende a 73,5 millones de euros, lo que representa un 30% menos que en el mismo periodo del año pasado, según informaron hoy fuentes de la entidad.
La caja atribuyó este resultado a los esfuerzos realizados para situar en 605,4 millones de euros su fondo de insolvencias y a 97 el de provisiones generales, junto con la contención de la morosidad, que se situó en el 4,65%, 39 centésimas por debajo de la media del sector.
De este modo, la entidad suma ya siete meses consecutivos logrando frenar este indicador. Caixanova indicó también que el beneficio antes de impuestos alcanzó los 80,5 millones de euros hasta septiembre y representa una bajada del 30% con respecto al mismo período del año anterior. Todo esto, agregó, le permite alcanzar un índice de cobertura de posibles insolvencias del 71%, 18 puntos superior al conjunto de las cajas de ahorro.
La entidad crediticia ha destacado además que no se verá afectada por la decisión del Banco de España de subir al 20% el importe de las provisiones dedicadas a cubrir el valor de los inmuebles adjudicados, ya que la financiera gallega ya los venía dotando desde el año pasado de forma voluntaria.