El presidente de Caja Duero, Julio Fermoso, admitió hoy que sin acuerdo laboral no se podrá seguir adelante en el proceso de fusión en el que trabajan en estos momentos Caja Duero, Caja España y Caja de Burgos y aprovechó la ocasión para negar que esa unión vaya a suponer la baja de 1.800 empleados, una cifra que calificó "de alarma".
Fermoso, que recordó que las cajas de ahorro son el fruto de muchas fusiones, reconoció que ha llegado el momento de negociar en un "contrarreloj" ya que el Banco de España ha puesto sobre la mesa unos plazos, si bien consideró que tampoco se debe tratar de un plazo imperioso ya que el tema del empleo, que se empezará a negociar mañana, "es muy delicado".
Julio Fermoso negó que esté poniendo palos a las ruedas en esa fusión y ratificó la decisión adoptada por el Consejo de Administración de Caja Duero al decantarse por la fusión, a pesar de tener un mayor coste social y político, y no por la integración por considerar que favorecerá un resultado viable que permitirá devolver la cantidad económica que se pida al FROB, "un dinero no regalado sino prestado que hay que devolver a intereses de mercado en cinco años".
