Los sindicatos de la aerolínea británica no están dispuestos a aceptar los planes de la empresa de eliminar 1.700 puestos de trabajo y han advertido de que podrían convocar una huelga en próximas fechas si la empresa no rectifica.
Tras más de nueve meses de negociaciones con los representantes de los trabajadores, British Airways anunció ayer que podría recortar hasta 1.700 puestos de trabajo y que congelará los salarios de su tripulación aérea por dos años para reducir costes.
"Están poniendo una pistola en la cabeza de los empleados", indicó una fuente sindical, que adelantó que no se quedarán cruzados de brazos "mientras la aerolínea obliga a un cada vez menor número de gente a trabajar más por menos dinero, convirtiendo a la empresa en un operador de bajo coste".
