El beneficio neto de Caja Burgos durante el primer semestre del año ha descendido un 52,8% hasta los 33,9 millones de euros, lastrado por el incremento de las provisiones y por la ausencia de plusvalías.
En una nota de prensa, la entidad financiera dijo que su morosidad se situaba a 30 de junio en el 3,6% y que destinó 29 millones de euros a provisiones.
"El impacto de la morosidad en el rendimiento de la inversión crediticia, el estancamiento del avance del volumen de negocio y las amortizaciones de determinados instrumentos de deuda han provocado un descenso interanual del 8,6% en el margen de intereses", explicó la caja.