Osetia del Sur acusó a las fuerzas georgianas de disparar morteros ayer hacia territorio rebelde y Rusia advirtió a Tiflis que se reserva el derecho de usar la fuerza para defender a los civiles, un año después de una guerra que duró cinco días.
Georgia negó que hubiese habido algún tiroteo y, en medio de una creciente tensión de cara al aniversario de la guerra del 7 de agosto, dijo que la declaración rusa sugiere "propósitos agresivos". Analistas han advertido del riesgo de que estallen nuevas hostilidades.
Osetia del Sur denunció que se dispararon dos rondas de mortero hacia un puesto militar de observación desde la localidad de Ditsi, del lado georgiano de la frontera 'de facto', que está a unos pocos cientos de metros del límite sur de la capital rebelde de Tskhinvali.