El hambre, el cansancio y la incertidumbre campea entre los seguidores del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, que permanecen en precarias condiciones en albergues improvisados de la ciudad nicaragüense de Ocotal.
Son hombres y mujeres que llegaron a la frontera de Las Manos sin más pertenencias que la ropa que llevan puesta y con los pies apenas cubiertos por sandalias plásticas o zapatos destrozados.
Tanto en un albergue llamado el Paraíso como en otro denominado Los Quinchos, ambos en Ocotal, cerca de un centenar de personas no habían recibido ningún alimento al menos hasta las diez de la mañana hora local. Tampoco cuentan con medios para el aseo personal ni cambiarse de ropa.