Una medida que habría permitido que los ciudadanos porten armas ocultas en varias partes del país si contaban con un permiso para tal efecto en su propio estado no alcanzó el miércoles los votos necesarios en el Senado, una extraña victoria para los defensores del control de armas.
Los oponentes a la medida indican que esto habría llevado a que los estados con mayores restricciones para portar armas ocultas permitieran la entrada a los ciudadanos de estados que otorgan permisos a ex presidiarios, menores de edad y personas sin entrenamiento.
"Es una política extremadamente peligrosa", dijo la senadora demócrata Dianne Feinstein de California, y subrayó que en su estado es necesario un registro de huellas dactilares, revisiones a los antecedentes federales, un curso de entrenamiento y la verificación de un alguacil local antes de emitir el permiso para portar un arma oculta.