La entidad financiera, el primer gran banco estadounidense en devolver las ayudas estatales, ganó un 50% menos en el segundo trimestre del año, hasta 471 millones de dólares, o 12 centavos por acción, mientras que los ingresos se incrementaron un 9,4% hasta 4.160 millones de dólares.
Los analistas habían estimado unas ganancias de 10 centavos por título y una facturación de 4.030 millones de dólares.
Las provisiones por pérdidas crediticias ascendieron a 1.400 millones de dólares, el doble del dinero destinado a este efecto el año anterior.