El acuerdo por el que Estados Unidos podrá usar tres bases militares colombianas contra el narcotráfico y las guerrillas creó dudas sobre su legalidad en Colombia, preocupada además por la reacción de sus vecinos Ecuador y Venezuela, críticos de la política exterior estadounidense.
El convenio -aún en negociación- fue anunciado el miércoles por el gobierno colombiano, que está dispuesto a agregar otras dos bases y a admitir presencia naval estadounidense. El acuerdo llega justo cuando decrece la ayuda militar de Estados Unidos, que a su vez busca suplir la capacidad operativa perdida en Ecuador.
A partir del viernes, EEUU se retirará -por decisión de Ecuador- de la base ecuatoriana de Manta, desde donde Estados Unidos coordinaba acciones antidrogas en el Pacífico. Colombia, con 5.500 millones de dólares, se convirtió en la última década en el principal receptor de ayuda militar estadounidense para la lucha contra el tráfico de drogas.