Ocho empleados locales de la embajada británica en Teherán han sido arrestados por la Policía iraní, acusados de participar en los disturbios desatados en el país tras la polémica reelección del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad
Según la agencia de noticias local Fars, que no ofrece más detalles, las citadas ocho personas "han desempeñado un papel importante" en la oleada de protestas y la violencia que ha sacudido Irán desde que se conocieran los resultados electorales, que la oposición ha denunciado como fraudulentos.
El régimen iraní ha acusado a los países occidentales, y en espacial a Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania, de espolear los disturbios y de tratar con ello de causar lo que denomina como una "revolución de terciopelo".