
Michael Jackson trabajaba sin descanso y desbordaba energía en los días previos a su sorpresiva muerte el jueves mientras preparaba la serie de conciertos en Londres que lo devolverían a los escenarios, coincidieron testigos de los ensayos.
Jackson, que se encaminaba a recuperar su puesto dentro de la realeza de la música pop con 50 conciertos en Londres con las entradas ya agotadas, supervisaba minuciosamente cada detalle de los preparativos y se le veía alegre y lleno de vitalidad, según sus colaboradores.
El músico, que murió el jueves a los 50 años de un paro cardiaco, según una autopsia preliminar, "llegaba y trabajaba con la banda, guiaba a los cantantes, trabajaba en las orquestaciones. Se mostraba involucrado con mucho entusiasmo en cada aspecto creativo de la producción", señaló el director de los shows, Kenny Ortega, citado por el diario Los Angeles Times.
Jackson "bailaba, entrenaba, trabajaba todos los días con nuestro coreógrafo Travis (Payne)", apuntó Ortega.