El funeral del policía Eduardo Puelles, asesinado por ETA, ha empezado a la una de la tarde en una abarrotada iglesia de San José, en el centro de Bilbao, en un acto presidido por los Príncipes de Asturias.
Tras cerrar la capilla ardiente, que estaba en la subdelegación del Gobierno en Bilbao, los restos mortales del inspector han sido trasladados a la iglesia, situada a una veintena de metros de subdelegación, precedido por la viuda, los hijos, la madre y el resto de familiares del inspector.
Los restos mortales han llegado a la iglesia entre aplausos de los cientos de personas congregadas en las calles adyacentes, a hombros de ocho agentes, dos de cada cuerpo policial: Policía Nacional, Guardia Civil, Ertzaintza y Policía Municipal de Bilbao, mientras sonaba la marcha fúnebre tocada por la banda del Cuerpo Nacional de Policía.