Pese a las suspicacias despertadas y a la ambigüedad de sus declaraciones, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha visto crecer su aprobación hasta el 44 por ciento tras el discurso pronunciado el domingo, en el que propuso una solución de dos estados al conflicto en Oriente Próximo.
El debate presupuestario de mediados de mayo marcó un mínimo para la popularidad del jefe del Ejecutivo hebreo, a quien según un sondeo sólo respaldaba el 28 por ciento de la población.
Sin embargo, un nuevo sondeo realizado ayer y difundido hoy por el diario 'Haaretz' destaca los avances de Netanyahu en su afán por representar a un amplio espectro de ciudadanos. Así, el rotativo subraya la forma en que combinó la retórica de derechas con el deseo de paz, una Jerusalén indivisible, la oposición al retorno de los refugiados palestinos, la defensa de las fronteras y la apuesta por un Estado palestino desmilitarizado, precisamente el punto más controvertido.