La administración judicial considera necesario que el fabricante de componentes para el automóvil Castellón, declarado en concurso de acreedores, lleve a cabo despidos para garantizar la viabilidad de las plantas de Barcelona y Ripollet, según han informado fuentes sindicales.
Los administradores concursales han mantenido una reunión con el comité de empresa en la que han expuesto la necesidad de aplicar despidos para mantener a flote la compañía, una medida a la que se oponen los sindicatos.
La compañía, que en Cataluña tiene plantas en Barcelona y Ripollet (Barcelona), había presentado un plan para extinguir unos 115 puestos de trabajo en estas dos fábricas, en las que trabajan unas 300 personas.