El Gobierno nigerino envió a su jefe de seguridad a Libia para que medie en las negociaciones con los rebeldes tuareg e intente concluir la situación de violencia en la zona norte del país, rica en uranio, y cuya autonomía demandan las milicias, según una fuente de Niamey.
Esta iniciativa supone un cambio en la postura habitualmente inflexible de las autoridades, ya que hasta ahora habían rechazado considerar a los rebeldes como interlocutores válidos. Los tuareg iniciaron sus acciones armadas en 2007 y desde entonces han protagonizado innumerables actos de pillaje y contrabando.
"La delegación del Gobierno se encontrará con el mediador y buscará detalles de los asuntos resaltados por los rebeldes", afirmó una fuente del Ejecutivo de Níger bajo el anonimato. "En este momento, no puedo confirmar que habrá finalmente un acuerdo de paz", agregó.
