El ministro de Exteriores británico, David Miliband, pidió ayer a las potencias internacionales que no reclamen un incremento de las sanciones contra Irán en vista del actual acercamiento entre Teherán y Washington, que parece abrir una nueva etapa a nivel mundial.
Reino Unido, uno de los principales aliados de Estados Unidos en política internacional, siempre se ha sumado a las demandas norteamericanas para que Irán interrumpa su programa nuclear. Sin embargo, Miliband subrayó ayer ante el Parlamento que la oferta de la Casa Blanca de recomenzar los contactos bilaterales con el Gobierno iraní "representa la mejor oportunidad para normalizar las relaciones con el resto del mundo y con Estados Unidos".
"Ahora es el tiempo de respaldar la iniciativa norteamericana porque es una oportunidad única, no sólo para los iraníes", destacó el jefe de la Diplomacia británica.